Constelaciones
No se sabe con exactitud cuándo y dónde fue concebido el primer sistema de constelaciones. Textos cuneiformes y artefactos procedentes de la civilización del valle del Éufrates sugieren que el león, el toro y el escorpión estaban ya asociados a constelaciones en el año 4000 antes de nuestra era.Muchos estudiosos se han visto intrigados por el hecho de que exista cierta semejanza entre los nombres otorgados a las constelaciones por civilizaciones separadas por grandes distancias. Quizá en último término pueda encontrarse una tradición muy común para dar nombre a unos cuantos grupos de estrellas. No obstante, en la mayor parte de los casos las constelaciones de distintas civilizaciones parecen haberse desarrollado de modo independiente unas de otras.
De las 88 constelaciones que figuran en la lista de la International Astronomical Union en la compilación definitiva de 1930 más de la mitad eran conocidas por los antiguos. Menciones de las constelaciones griegas se encuentran en la poesía de Homero, que data aproximadamente del siglo IX antes de nuestra era, y de Aratus, de aproximadamente el siglo III antes de nuestra era.En algún momento del lapso de tiempo comprendido entre la vida de los dos poetas, probablemente de mediados a finales del siglo V antes denuestra era, la eclíptica -el camino que el Sol parece seguir a través de la esfera celeste en el curso de un año - fue identificada en Babilonia y quizá también en Grecia . Los babilonios dividieron la eclíptica en las 12 partes del Zodiaco- la banda de constelaciones a través de la cual se desplazan el Sol, la Luna, y los planetas (observados desde la Tierra) en el curso de un año.
Durante el siglo II de nuestra era el astrónomo egipcio Ptolomeo catalogó información sobre 1022 estrellas, agrupadas en 48 constelaciones. No constituye sorpresa alguna que el catálogo de Ptolomeo incluya sólo estrellas visibles desde la latitud de Alejandría, donde vivió y escribió este científico.
El Almagesto, la obra principal de Ptolomeo, constituyó la última palabra sobre constelaciones hasta el siglo XVI, en que los viajes europeos de descubrimientos posibilitaron que los navegantes llegaran hasta latitudes meridionales. El primer atlas de estrellas, publicado por Johann Bayer en 1603, incluía 12 constelaciones nuevas visibles desde el hemisferio sur. En 1624 el astrónomo alemán Jackob Bartchs añadió tres constelaciones nuevas a los espacios existentes entre las constelaciones nombradas con anterioridad, Bartsch alistó asimismo como constelación separada la agrupación que conocemos por Crux, Cruz del Sur, cuyas cuatro estrellas principales habían sido incluidas por Ptolomeo en la constelación de Centauro. (El nombre Crux revela asimismo un intento de quitar al firmamento el carácter pagano típico de este período). Con anterioridad, en el siglo XVII, Tycho Brahe elevó a la categoría de constelación el asterismo Coma Berenices (Cabellera de Berenice) que para los antiguos formaba parte de Leo o Virgo.
Siete constelaciones más, visibles desde las latitudes septentrionales medias, fueron descritas por el astrónomo alemán Johannes Hevelius en 1687. La visita de Nicolás Luise de La Caille al Cabo de Buena Esperanza en 1750 dio por resultado el descubrimiento de 14 constelaciones meridionales adicionales. Desde este tiempo, se ha intentado en varias ocasiones crear nuevas constelaciones, pero éstas no han gozado de aceptación oficial. No obstante, desde mediados de la primera década del siglo XIX ha sido uso corriente omitir la constelación mayor de Ptolomeo, Argo Navis, y alistar en su lugar tres constelaciones que representan la quilla de la nave(Carina), la popa (Puppis) y las velas (Vela), además de la brújula (Pyxis) inventada por La Caille.
La lista vigente de constelaciones es la adoptada por la International Astronomical Union en 1928 y codificada dos años más tarde. La IAU definió el término constelación como una de las 88 regiones en las cuales fue dividido el firmamente entero; cada área del firmamento pertenece a una y sólo a una de estas regiones. Los límites zigzaguean, por lo cual las líneas que separan las constelaciones no presentan discordancias con las figuras antiguas. Unas pocas estrellas que inicialmente se pensó que formaban parte de otra constelación acabaron en una nueva: por ejemplo, una de las cuatro estrellas del cuadrado de Pegasus pertenece ahora de modo oficial a Andrómeda. Pero, en conjunto, la división de la IAU aportó una gran simplificación.
Realizado por: Ana Guimarae, Facundo Suarez, Cristopher Santos, Florencia Rolla.
De las 88 constelaciones que figuran en la lista de la International Astronomical Union en la compilación definitiva de 1930 más de la mitad eran conocidas por los antiguos. Menciones de las constelaciones griegas se encuentran en la poesía de Homero, que data aproximadamente del siglo IX antes de nuestra era, y de Aratus, de aproximadamente el siglo III antes de nuestra era.En algún momento del lapso de tiempo comprendido entre la vida de los dos poetas, probablemente de mediados a finales del siglo V antes denuestra era, la eclíptica -el camino que el Sol parece seguir a través de la esfera celeste en el curso de un año - fue identificada en Babilonia y quizá también en Grecia . Los babilonios dividieron la eclíptica en las 12 partes del Zodiaco- la banda de constelaciones a través de la cual se desplazan el Sol, la Luna, y los planetas (observados desde la Tierra) en el curso de un año.
Durante el siglo II de nuestra era el astrónomo egipcio Ptolomeo catalogó información sobre 1022 estrellas, agrupadas en 48 constelaciones. No constituye sorpresa alguna que el catálogo de Ptolomeo incluya sólo estrellas visibles desde la latitud de Alejandría, donde vivió y escribió este científico.
El Almagesto, la obra principal de Ptolomeo, constituyó la última palabra sobre constelaciones hasta el siglo XVI, en que los viajes europeos de descubrimientos posibilitaron que los navegantes llegaran hasta latitudes meridionales. El primer atlas de estrellas, publicado por Johann Bayer en 1603, incluía 12 constelaciones nuevas visibles desde el hemisferio sur. En 1624 el astrónomo alemán Jackob Bartchs añadió tres constelaciones nuevas a los espacios existentes entre las constelaciones nombradas con anterioridad, Bartsch alistó asimismo como constelación separada la agrupación que conocemos por Crux, Cruz del Sur, cuyas cuatro estrellas principales habían sido incluidas por Ptolomeo en la constelación de Centauro. (El nombre Crux revela asimismo un intento de quitar al firmamento el carácter pagano típico de este período). Con anterioridad, en el siglo XVII, Tycho Brahe elevó a la categoría de constelación el asterismo Coma Berenices (Cabellera de Berenice) que para los antiguos formaba parte de Leo o Virgo.
Siete constelaciones más, visibles desde las latitudes septentrionales medias, fueron descritas por el astrónomo alemán Johannes Hevelius en 1687. La visita de Nicolás Luise de La Caille al Cabo de Buena Esperanza en 1750 dio por resultado el descubrimiento de 14 constelaciones meridionales adicionales. Desde este tiempo, se ha intentado en varias ocasiones crear nuevas constelaciones, pero éstas no han gozado de aceptación oficial. No obstante, desde mediados de la primera década del siglo XIX ha sido uso corriente omitir la constelación mayor de Ptolomeo, Argo Navis, y alistar en su lugar tres constelaciones que representan la quilla de la nave(Carina), la popa (Puppis) y las velas (Vela), además de la brújula (Pyxis) inventada por La Caille.
La lista vigente de constelaciones es la adoptada por la International Astronomical Union en 1928 y codificada dos años más tarde. La IAU definió el término constelación como una de las 88 regiones en las cuales fue dividido el firmamente entero; cada área del firmamento pertenece a una y sólo a una de estas regiones. Los límites zigzaguean, por lo cual las líneas que separan las constelaciones no presentan discordancias con las figuras antiguas. Unas pocas estrellas que inicialmente se pensó que formaban parte de otra constelación acabaron en una nueva: por ejemplo, una de las cuatro estrellas del cuadrado de Pegasus pertenece ahora de modo oficial a Andrómeda. Pero, en conjunto, la división de la IAU aportó una gran simplificación.
Realizado por: Ana Guimarae, Facundo Suarez, Cristopher Santos, Florencia Rolla.
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